miércoles, 1 de octubre de 2014

Tratamiento de la anorexia




Una vez evaluados los parámetros diagnósticos descritos previamente, y descartadas otras patologías psiquiátricas y orgánicas, se procede al tratamiento y seguimiento del paciente. El proceso de tratamiento de la anorexia nerviosa es multidisciplinar, precisando una acción coordinada del médico de familia, psiquiatra, psicólogo, endocrino y ginecólogo. Los puntos principales del tratamiento son:
·         Modificación de los hábitos alimentarios del paciente: se precisa una “re-educación” del paciente en sus hábitos alimentarios. Para ello, se inicia con una dieta relativamente baja en calorías (1.000-1.500 calorías/día) y se va incrementando progresivamente hasta lograr cubrir las necesidades calóricas del paciente, respetando siempre el espacio personal para no presionarle, pero no permitiendo que coma a solas, y vigilando que haga las cinco comidas diarias fundamentales.
·         Control regular del peso: se deben detectar aumentos semanales de 250-500 gramos al pesar a la persona desnuda o en ropa interior (evita la tara del peso de la ropa y posibles engaños del paciente).
·         Restricción del ejercicio físico: inicialmente se elimina por completo y se reintroduce muy progresivamente.
·         Controles analíticos regulares para evitar complicaciones orgánicas.
·         Terapia farmacológica: se centra principalmente en el componente depresivo y/o ansioso de la anorexia. Es un tratamiento individualizado y constreñido a los requerimientos y la situación psicológica del paciente.
·         Terapia psicológica: se emplea de forma aislada, o combinada, la terapia conductual, psicoanalítica, interpersonal y la de grupo. 
El seguimiento del tratamiento se puede realizar de forma combinada entre el médico de cabecera y la unidad de salud mental. En el caso de que el seguimiento ambulatorio haya fallado, y siempre que el paciente tenga un buen apoyo familiar, buena predisposición hacia el tratamiento y tolere la terapia en grupo, se puede intentar la terapia en hospitales de día, siendo una opción totalmente contraindicada si el paciente muestra tendencia al suicidio, abuso de sustancias o complicaciones médicas severas.

El paciente puede ser hospitalizado en caso de riesgo manifiesto para su vida, alteración psicológica muy grave (suicidio, otras alteraciones psiquiátricas, etcétera), o si la situación familiar es muy desfavorable. Una vez iniciado el tratamiento el pronóstico es muy variable, aunque se consideran indicativos de buen pronóstico la capacidad de aceptación precoz de la enfermedad por parte del paciente, la aparición y diagnóstico a corto plazo de la enfermedad, un buen apoyo familiar, y la ausencia de antecedentes psiquiátricos en la familia.
Como los trastornos de la alimentación se caracterizan por lo complejo de su naturaleza de índole multicausal -biológica, psicológica y social- requieren, para quesea idónea su asistencia, del apoyo de un equipo multidisciplinario que evalúe a cada paciente y determine un tipo de tratamiento adecuado para su recuperación, basado en las características particulares de su caso. 77
Los integrantes de estos equipos representan disciplinas como la medicina -psiquiatría, nutrición, endocrinología, ginecología-, la psicología, el trabajo social y la enfermería, indispensables en los casos agudos de anorexia. 78 Para casos menos graves, que no necesitan internación, se modifica la modalidad de tratamiento y un psicoterapeuta puede ayudar al paciente a superar la causa psíquica que origina el síndrome, mientras trabaja en conjunto con un nutricionista que ayuda a la persona a idear y llevar a cabo una forma adecuada de recuperar peso. 79 Normalmente la hospitalización de los pacientes con bulimia sólo se necesita cuando hay complicaciones clínicas, de lo contrario algunos psiquiatras tratan de reducir con antidepresivos y ansiolíticos la angustia y la compulsión que lleva a los bulímicos a darse atracones. 80 El tratamiento psicoterapeútico y la terapia de familia complementa el tratamiento al determinar la causa psicológica subyacente que origina el síndrome e intenta contrarestarla81
En la actualidad la mayoría de los profesionales que trabajan en la recuperación de afectados por trastornos de la alimentación, emplean tratamientos para la recuperación de los pacientes que abarcan desde las diferentes terapias familiares, la farmacología y una combinación ecléctica de teorías, en las cuales prima el deseo de encontrar el mejor tratamiento posible para el paciente, hasta el analizar la influencia de la cultura y otros factores externos a la familia que influyen de manera determinante en la formación de los trastornos de la alimentación.







TRATAMIENTO DE LA ANOREXIA Y LA BULIMIA
"La recuperación total de la anorexia debe incluir la adquisición de un sentido de identidad que supla la sensación de vacío, así como la capacidad de soportar la pérdida de la identidad pseudofuncional. La anorexia nerviosa es tal vez el trastorno obsesivo más complejo y seductor que existe... Uno de los puntos más controvertidos del tratamiento de la anorexia nerviosa es el tema de abordar los síntomas de forma directa. Las posturas que se adoptan al respecto van desde el tratamiento puramente conductista, que aborda poco más que los síntomas, al tratamiento psicoanalítico general, en que el terapeuta no trata los síntomas en absoluto, y alberga la esperanza de que los síntomas desaparecerán en cuanto se resuelvan los conflictos que éstos ocultan. Ambos extremos del espectro excluyen la personalidad del paciente y la influencia que ejercen los síntomas sobre dicha personalidad..."86
El tratamiento que existe en la actualidad para la anorexia y la bulimia es similar. Sólo hay una diferencia: para la primera no existe tratamiento farmacológico específico, en cambio, para la bulimia hay fármacos antidepresivos que son eficaces, pero no por su función antidepresiva, sino por su indicación antibulímica específica, explica el psiquiatra del hospital Clínico de Barcelona doctor Joseph Toro. En ambas alteraciones y en su curación intervienen -además de psiquiatras- equipos multidisciplinares integrados por endocrinos, nutricionistas y ginecólogos, «aunque estos trastornos son alteraciones fundamentalmente psiquiátricas», matiza Toro.
Según el mismo Toro los programas por los que tienen que pasar inexorablemente las pacientes -y también los pacientes- en el proceso de lograr su recuperación son:
1. Un programa con el cuál la paciente recupere el peso perdido y vuelva a sus hábitos alimentarios anteriores a la enfermedad. Las más graves incluso tiene que ser internadas y alimentadas poco a poco mientras recuperan un peso cercano al ideal para su edad y tamaño.
2. Un tratamiento intensivo con énfasis en psicoterapia para que la chica pueda reconocer su cuerpo y superar su dismorfia corporal.
3.Psicoterapia a un nivel profundo que le permita a la paciente recuperar su autoestima, vencer sus miedos y vacíos internos y construirse una personalidad firme con límites bien definidos en la que el cuerpo es solo una parte de ella pero no la única parte constitutiva de sí misma. Se le enseña a amarse a sí misma.
4. Una de cada cuatro pacientes requiere, además, -advierte Toro- tratamiento para las complicaciones añadidas como trastornos obsesivo-compulsivo y de personalidad, depresión, ansiedad, entre otros.
5. Se debe realizar una terapia de familia que permita integrar al paciente a su hogar sin encontrarse con las causas familiares que incidieron en el origen de su enfermedad. Además la familia, contrario a lo que se creía antes, es el mejor apoyo que se puede tener en la recuperación de un afectado por anorexia o cualquier otro trastorno alimentario. 87
El periodo de duración del tratamiento depende de la gravedad del trastorno del paciente. En la mayoría de los casos se necesita que la psicoterapia continúe por años para asegurarse que las posibilidades de una recaída sean mínimas. En pacientes agudos, además de la psicoterapia durante varios años, se les debe internar durante varias semanas en una clínica hasta que hayan subido de peso lo suficiente para estar en condiciones de recibir y participar de la psicoterapia. Quizás por el alto porcentaje de recaidas, entre un 40 y un 45 %, Toro y el doctor Morande, psiquiatra del hospital del niño Jesús, creen que se necesita de un seguimiento de 10 años para garantizar, a pesar de las continuas mejoras que se le hacen a los tratamientos, una ausencia de recaidas. 
Contrario a este desalentador pronóstico, la psicóloga Peggy Claude-Pierre, quien lleva más de 10 años tratando a pacientes con anorexia aguda, considera que la enfermedad es del todo curable sin tener que estar sometiéndose a terapia durante tantos años e incluso garantizando una ausencia de recaídas. Los pacientes que ella recibe en su clínica de Montreaux en Victoria, Canadá, han estado internados en numerosas ocasiones en clínicas en donde se les aumenta el peso pero no se les trata psicológicamente. El tratamiento de Claude-Pierre se basa en la experiencia que esta psicóloga vivió ante la anorexia de sus propias hijas y las tácticas que utilizó para rehabilitarlas. 

Las terapias de recuperación de pacientes utilizadas en Montreaux están fundamentadas en un principio de positivismo y amor incondicional, acompañado de una psicoterapia individualizada y un tratamiento personal en todos los niveles posibles. Esto complementado con tácticas para engañar a la parte psíquica de la paciente que se niega a comer -a su mente negativa- permite poder garantizar, a quien realice el tratamiento completo, éxito en su recuperación.
Hasta el momento no se ha determinado si existen recaídas entre las personas salidas de la clínica pero el tratamiento es uno de los más esperanzadores del mundo. También resulta, en comparación con los demás, económico y es cubierto por las compañias aseguradoras. 90
En España una de las iniciativas que se diseñó para lograr un mejor tratamiento de los pacientes con anorexia es el Protocolo de Tratamiento de Trastornos del Comportamiento Alimentario, que se editó en 1995. Por desgracia la mayoría de los médicos no lo conocen o lo consideran poco confiable y se empeñan en romper una de las recomendaciones del Protocolo: no ingresar a las personas anoréxicas en los Servicios de Psiquiatría. Sin embargo, como no se han constituido unidades de tratamiento específicas, se les ingresa en los pabellones psiquiátricos. En Madrid, por ejemplo, la única Unidad infantil de Anorexia es la del Hospital del Niño Jesús. 
En España los pacientes son atendidos por especialistas sin experiencia que hacen lo que pueden. Sin embargo, el Protocolo hace especial mención que deben ser equipos especializados los que se ocupen del tratamiento ya que todo este puede fracasar por una intervención mal encauzada de algún profesional sin formación en la materia. Paralela a esta carencia de expertos en trastornos del comportamiento alimentario muchas asociaciones de padres que luchan contra la anorexia acusan a algunas clínicas de ocultar las cifras reales de pacientes fallecidos o afectados por anorexia y España es el país de la Comunidad Europea con mayor número de afectados de trastornos alimentarios, superando desde hace 3 años a Inglaterra. 92
En casos donde la persona enferma sufre desde hace poco tiempo del trastorno alimentario, no presenta episodios voraces o crónicos autoprovocados y la familia coopera y participa de forma activa en la terapia familiar el tratamiento centrado en una terapia ambulatoria puede ser efectiva. No se puede cometer el error de considerar que los únicos casos de Anorexia o Bulimia son aquellos en los cuales la enfermedad está muy avanzada. La mejor esperanza para evitar que los trastornos del comportamiento alimentario se conviertan en una pandemia es la prevención temprana. Un número cada vez más grande de asociaciones de padres de familia y personas afectadas de forma directa o indirecta por estos trastornos, se están encargando de esas labores de alerta y prevención en el mundo ante el silencio oficial que existe en países como España, Colombia e incluso Estados Unidos.
En los casos crónicos el primer paso consiste en lograr que el paciente recupere algo de peso, pues a una persona al borde de la inanición le resulta imposible mirarse por dentro y reconocer su valía. Como la persona puede estar deshidratada o ser incapaz de comer, la recuperación de peso debe hacerse a menudo en un hospital. Quienes tienen a su cargo a la paciente deben animarla y apoyarla para que lo consiga, porque la mujer anoréxica no tendrá suficiente energía para afrontar la psicoterapia hasta que no haya recobrado en parte la salud. 93
Una vez que ha recuperado algo de peso puede comenzar el tratamiento psicológico o psiquiatrico. Sobre estos últimos comienza a existir entre los expertos un consenso general de las áreas a tratar:
1. La conducta, 2. Los hábitos de pensamiento y 3. Sentimientos subyacentes -historia emocional-.
Muchos programas de recuperación incluyen además de la terapia conductual y cognoscitiva, todos los aspectos de la vida emocional, la expresión de los sentimientos y el desarrollo como persona del paciente. Los programas de aumento de peso deben ser lentos y por etapas, para permitir desarrollar, mientras se va avanzando, maneras alternativas de ser.
En un hospital ese enfoque tripartito será llevado por diferentes personas. Cuando el afectado no está muy grave es probable que los tres elementos sean coordinados por un mismo profesional. Hoy en día existen psicoterapeutas de consulta privada, especializados en trastornos alimentarios, que incluyen todos los elementos de terapia. 94
Para algunos psicoterapeutas no se debe prestar atención a los enfoques conductuales o cognoscitivos. Estas terapias no tienen un buen índice de éxito. La familia y/o el afectado deben preguntar por el tratamiento en cualquier entrevista o valoración inicial. Es necesario que se tomen muy en serio la realidad de la conducta alimentaria de la persona afectada y sus aspectos compulsivo-obsesivos.
En cambio algunos terapeutas cognoscitivos no consideran necesario utilizar la psicoterapia en la recuperación. La terapia cognoscitiva tiene buenos índices de éxito con la bulimia porque puede cambiar la actitud hacia la comida, el peso, la forma y la talla. Pero tiene falencias en cuanto a que la afectada enfrente su desarrollo personal. Como complemento de la terapia cognoscitiva, la psicoterapia trata los problemas que el afectado tiene con su propia historia, su familia y su vida, intentando ponerlo en contacto con esos problemas.

Muchos tratamientos para la anorexia en el mundo todavía siguen el paradigma del condicionamiento operante negativo. Obligan al paciente a un permanente reposo en cama, lo aislan y lo alimentan a la fuerza. Estas terapias conductivas -con reforzamientos positivos o negativos- son inmediatistas y distan mucho de ofrecer una solución al problema. Incluso se puede afirmar que son las causantes de las numerosas recaidas, cronicidad y muerte de estos pacientes.
La psicoterapeuta argentina Silvia Fendrick, autora del libro Santa Anorexia, afirma que esas terapias conductivas y también otras terapias " muchas veces insisten en ignorar la descompensación psíquica y orgánica que se produce cuando se fuerza a las pacientes a comer. No se toman el trabajo de deslindar la postura de muchas jóvenes que se vuelven transitoriamente "anoréxicas" por espíritu de imitación y a las que el miedo ambiente, junto con los equipos tratantes que les endosan el rótulo de enfermas, terminan por enfermar. Aparentemente estos tratamientos funcionan, pero en realidad sólo rellenan un vacío. En el mejor de los casos, conducen a la robotización y, en el peor, al suicidio. El enigma de las jóvenes que eligen la "solución anoréxica" como modo de vida, a la larga gana la batalla en esta lucha feroz "contra" la anorexia. Mientras tanto los tratamientos sostenidos en liderazgos autoritarios, basados en recompensas y castigos, que han sido descartados en otros lados del mundo, siguen gozando de un gran prestigio en la Argentina de hoy. Las anoréxicas y/o bulímicas recuperadas sonríen desde las pantallas de la televisión, como robots o miembros de una secta aterradoramente agradecidos a sus salvadores. Cabe a una investigación sociológica indagar el motivo del consenso social para este tipo de tratamientos y a una auditoría médica seria y responsable investigar sus consecuencias". 95
Uno de los últimos desarrollos en Terapia Familiar son los Programas Psicoeducativos. La línea trazada por esta modalidad de terapia es la claridad conceptual, la posibilidad de su aplicación en Instituciones, la brevedad de los tratamientos, la sistematización y focalización en unos cuantos problemas bien definidos.
Este tipo de programas, contrario a muchas viejas terapias, considera positivo y necesaria la intervención de la familia en el proceso de recuperación del paciente. La familia entonces se entera de cuales son las causas de la enfermedad, qué la desencadena o dispara y cuál es el tratamiento específico que se está empleando en la recuperación de su pariente. De esta manera la familia puede participar de forma activa en el tratamiento y convertirse en parte de la solución erradicando la posibilidad de ser parte del problema.
El terapeuta se convierte entonces en una persona neutral que informa a los padres de la situación de su hijo o su hija, de cómo avanza su tratamiento individual y de cuales pueden ser las situaciones a las que se pueden enfrentar en un futuro para así tomar a tiempo los correctivos necesarios. En este proceso nunca hay una acusación o una crítica hacia ellos o hacia la víctima, todo se realiza con el afán de ser útil en el proceso de recuperación y apoyar el mismo para así garantizar su éxito, entre otras cosas, porque se comprende lo que se está haciendo. Al igual que otros tratamientos se necesita que el/la enfermo/a anote todo lo relativo a sus rutinas de comida, de ejercicio y de actividades similares. Con el tiempo, se irán sugiriendo de una manera carente de agresividad o de imposición cambios en la conducta de esa persona. 

El ideal de una clínica para la recuperación de personas con Trastornos Alimenticios sería algo parecido a lo que la información de la Clínica Avalón en México sugiere:
" En Avalón existen especialistas que atienden de manera profesional y personalizada la problemática de cada una de las pacientes durante los 90 días que dura el tratamiento. Durante este tiempo, las mujeres deben recluirse en una casa donde cuentan con todas las comodidades de un hogar. La psicóloga Jeannette Rojas señala que las mujeres comienzan el día reconociendo la dicha de estar vivas a través de la meditación de la una lectura o pensamiento.
El día puede incluir, terapia de grupo manejada por dos terapeutas, donde las mujeres hablan de sus sentimientos. También cuentan con orientación nutricional, donde se rompen los mitos de alimentación y cada mujer recibe un plan de alimentación elaborado por un especialista acorde a sus necesidades y problemática. Los martes y jueves tienen imagen corporal donde se analiza el por qué se perciben de una manera negativa y por qué hay ciertas partes del cuerpo que no les gustan. Cuentan con una sesión de espiritualidad, donde aprenden a llenar el vacío espiritual que sienten y, que en algunas ocasiones, puede ser la causa de su trastorno alimentario. "También trabajamos con caballos, porque los consideramos una herramienta para explorar los sentimientos. Las mujeres los montan y los cuidan", indica. Otro aspecto que cubre la terapia es la expresión artística, mediante la cual las mujeres pueden expresar sus emociones.
Al cabo de cuatro semanas comienza la terapia familiar, en la que comienza un reencuentro emocional y físico. "La recuperación es un proceso continuo y los cambios que se dan durante ésta tienen que continuar al terminar el tratamiento para asegurar el bienestar de la mujer", indica la psicóloga Jeannette Rojas. Aunque el costo del tratamiento es elevado, existe la posibilidad de obtener una beca hasta del 80 por ciento." 97
Quizás en esa clínica se pueda lograr aquellas cualidades y actitudes que deberían ser el objetivo final de todos los tratamientos para las mujeres afectadas de anorexia:
"El tratamiento debe enseñar a la mujer anoréxica a valorarse a sí misma de nuevas maneras. En vez de buscar la aprobación fuera de ella, la mujer necesita aprender que ella puede ser una fuente de buenos sentimientos respecto a si misma. Esos sentimientos pueden basarse en la apreciación de su singularidad como algo opuesto al ciego acatamiento de los patrones de belleza prescritos culturalmente". 
Muchos pacientes bulímicos están seriamente enfermos cuando buscan tratamiento. Por eso, antes de empezar con la psicoterapia, lo primero que se ha de hacer es someterlos a una exhaustiva revisión médica hecha por un doctor al que le sean familiares los trastornos alimenticios. Algunos individuos necesitan antidepresivos para reducir la intensidad de su ansiedad. Cuando la persona tiene una bulimia aguda quizás sea dificil interrumpir el ciclo del atracón-vomito, lo que se hace entonces es reducir el volumen de los alimentos ingeridos para así eliminar la posibilidad de rotura gástrica o aspiración y disminuir la frecuencia de los episodios. 84
El paso siguiente, según la psicóloga Mary Phiper, es la educación. "Hay muchos buenos libros disponibles sobre técnicas de reducción de estrés, estilos de vida saludables y estrategias para luchar contras las adicciones. Muchos terapeutas animan a los hombres y mujeres afectados a seguir un diario en el que tomen nota de las actitudes culturales hacia las mujeres y sus cuerpos. Los pacientes graban a veces debates, películas, programas y anuncios. Pueden coleccionar artículos de revistas y anotar comentarios "aparentistas" de los demás".
La planificación de un estilo de vida saludable implica aprender nuevas conductas, como no tragarse los problemas, sino dejarlos salir y hablar de ellos hasta que puedan ser superados, hacer ejercicio regulado varias veces a la semana, aprender a administrar el tiempo y técnicas para la reducción de la tensión nerviosa.

Un programa de tratamiento con expectativas de éxito siempre debe ofrecer a una persona bulímica los siguientes elementos: cuidado médico, educación y apoyo, planificación de un estilo de vida sana, un programa de conducta para eliminar el ciclo de hartazgos y purgas, y una terapia para fomentar la mirada interior, cambiar de actitud y reconstrir una autoestima destruida


Descripción: http://www.webconsultas.com/sites/all/themes/webconsultas/informativa/link_top_informativas.png


No hay comentarios:

Publicar un comentario