puso cuerpo y cara a la anorexia
Isabelle Caro,
actriz y modelo francesa, murió en 2011, a los 28 años. Nunca logró superar los
30 kilos. Su autobiografía, editada en 2008, batió récords de venta e instaló
un tema que merece un alerta permanente.
Cada vez
que salió en los medios, su aparición fue polémica, ruidosa, triste. En 2007,
raquítica, desnutrida, la modelo y actriz francesa Isabelle Caro posó desnuda
en una campaña publicitaria para llamar la atención sobre las consecuencias de
la anorexia. Luego, circularon rumores sobre sus malestares físicos, sus
problemas psicológicos, sus recurrentes fracasos y su tortuosa vida
familiar.
Lo
importante es que su autobiografía (La pequeña niña que no quería ser gorda),
en la que ella misma narró el infierno que vivió desde los 13 años, fue en un
fenómeno de ventas en Europa.
"Mi
madre me amaba con locura. No me dejaba salir de casa. No estaba secuestrada.
Pero cuando ella se hundió en la depresión, mi vida se convirtió en un
tormento. No salí de casa hasta los quince. Era anoréxica desde los
doce...", escribió, en un libro que relata una vida de mucho sufrimiento y
que los psicólogos especialistas en trastornos de alimentación encuentran como
una pieza valiosa para estudiar una enfermedad que, en la mayoría de los casos,
habla mucho del vínculo con la madre.
Fue
conocida a través de las fotografías de Oliviero Toscani, en mayo del 2007,
cuando su lente la convirtió en ícono de una campaña italiana contra la anorexia.
Isabelle tenía sólo 25 años y parecía una anciana. Medía 1,75 metro y pesaba
poco más de 25 kilos. Desnuda, sentada, el torso inclinado, era un testimonio
vivo de los estragos que puede sembrar en un cuerpo una enfermedad que la
perseguía desde la pubertad.
El día de
su muerte, Toscani contó: "Traté un poco a Isabelle... Hasta que descubrí
algo atroz: ella misma intentaba utilizar su anorexia, para convertirse en
modelo, en actriz. Pero no tenía ningún talento. Y el talento único de la
anorexia terminó devorándola". Sus palabras despertaron muchísimas
críticas.
La
noticia de su muerte fue conocida a través de su amiga y profesora de arte
dramático, Danièle Dubreuil-Prévot, que confió con varias semanas de retraso
que Isabelle Caro había muerto el 17 de noviembre de 2011, "tras una gira
en Japón, donde había cumplido algunos compromisos profesionales".
Se supo,
luego, que la modelo murió en un hospital parisino, donde pasó las dos últimas
semanas de su vida, aquejada de insuficiencia respiratoria.
Su vida
fue difícil desde la cuna. Hasta la adolescencia, vivió "secuestrada"
por una madre enferma, depresiva, que deseaba "protegerla" en un
modesto domicilio del que la niña no salía ni siquiera para ir a la escuela.
Estuvo casi una década con anorexia sin que nadie la tratara. Cuando los
médicos intervinieron, hacia los 20 años, no había mucho por hacer.
A los 20
fue hospitalizada por vez primera. Fue en vano: jamás pudo superar los 30
kilos. Cuando Oliviero Toscani la descubrió y la convirtió en la
"estrella" de sus fotografías contra la anorexia, Isabelle ganó una
cierta fama fugaz.
"Célebre"
de la noche a la mañana, Isabelle decidió cambiar de vida: convertirse en una
"estrella" de la moda, el cine, la publicidad. Y fundó una pequeña
asociación de lucha contra la anorexia, una movida que sumó a su vida una nueva
pesadilla.
Como
modelo, Isabelle Caro no llegó nunca a conseguir ningún trabajo estable. Se
sumó como alumna, en París, a una escuela de actores, pero tuvo que abandonar
los cursos en varias ocasiones: estaba demasiado frágil para realizar un
trabajo duro y continuado. Le costó mucho ganar dinero y avanzar con sus
proyectos. Desde varios blogs escribía peticiones, reclamando ayuda para lanzar
su carrera de actriz. Decía que su pasión era el teatro y la pasarela de moda y
que necesitaba apoyo.
En un
video póstumo que circuló por Internet, Isabelle continuaba dando consejos a
las jóvenes que querían iniciar una carrera como maniquíes: "Sed felices.
Creed en la vida". Cuando se despidió, lo hizo en su cuenta de Facebook,
con una frase que remata una historia triste: “Lo mejor está por venir”.
HISTORIAS REALES
Thayrinne Machado Brotto, con
apenas 46 kilos de peso, murió en la madrugada del día 1 de enero en un
hospital de la ciudad de Sao Gonzalo, un suburbio de Río de Janeiro, como
consecuencia de los problemas que sufría desde hacía meses en su afán por
adelgazar para ajustarse a los cánones impuestos por la moda. La familia
descubrió que la joven forzaba los vómitos después de comer hace seis meses,
cuando comenzó a tener problemas de salud y en la escuela, reseña el periódico.
"Ella
era muy estudiosa, pero reconoció que no estaba consiguiendo concentrarse en
las clases. Entonces admitió que tenía bulimia y pidió que la ayudáramos",
dijo la madre de la adolescente. Pese al tratamiento psicológico que inició y a
las consultas con especialistas en nutrición, el estado de salud de la joven se
fue agravando, con desmayos y otros síntomas, hasta que tuvo que ser ingresada
en el hospital, en el que murió.
Una joven de 24 años falleció ayer tras haberse arrojado
por una ventana de una clínica céntrica donde estaba internada, a raíz de un
cuadro agudo de anorexia, en la ciudad de Rosario, en Santa Fe Argentina.
La joven -cuya identidad se mantiene en reserva- había sido internada el jueves
último por disposición de su madre, que había consultado a un equipo médico,
que diagnosticó la enfermedad de la chica. Su hija pesaba unos 40 kilos.
Sin embargo, según trascendió, la resistencia de la muchacha no sólo se
reflejaba en el momento de tener que comer los alimentos, sino también quedó de
manifesto a la hora de comenzar el tratamiento en ese centro de salud privado.
Sin embargo, la madre dispuso su internación para iniciar el tratamiento. Pero
la chica nunca quiso quedarse. Y el viernes último, por la tarde, en un intento
de escapar de la clínica se arrojó por la ventana del quinto piso.
La chica cayó sobre un techo del segundo piso de la parte interna de la
institución. A causa de las heridas de la caída, la joven murió anteayer a la
tarde.
La modelo
uruguaya Eliana Ramos, que trabajaba en la agencia de Pancho Dotto y que era la
hermana de otra chica que falleció en la pasarela en agosto de 2006, murió ayer
con un cuadro de "alimentación deficitaria", informó la prensa
uruguaya.
Sin embargo, Dotto aseguró que la chica "se alimentaba bien, era muy
saludable y hacía deporte", al tiempo que consideró "un absurdo que
se hable de anorexia o de bulimia en este caso".
Eliana Ramos, de 18 años, fue encontrada por su abuela sin vida ayer a la tarde
en su casa de Montevideo y la policía declaró que el fallecimiento se debió a
causas naturales, ya que no se encontraron signos de violencia en su cuerpo.
Fuentes de la investigación citadas por el Canal Montecarlo TV indicaron que el
cuadro primario es muerte súbita con alimentación deficitaria.
Su muerte puso en vilo al mundo del modelaje, ya que Eliana era la hermana
menor de Luisel Ramos, una joven de 22 años que en agosto pasado cayó muerta
cuando desfilaba en la pasarela de un hotel uruguayo.
Según las informaciones de la prensa uruguaya, Eliana el lunes por la noche
había celebrado con sus familiares el cumpleaños de su abuela. Las mismas
fuentes precisaron que Eliana se levantó temprano y se quedó en una habitación
donde luego se la halló sin vida.
Según medios uruguayos la joven se encontraba bajo tratamiento psicológico por
la trágica muerte de su hermana.
Beatriz Cristina Ferraz Lopes Bastos falleció la noche de
Navidad en el hospital Santa Casa de Jaú, a 296 kilómetros al oeste de Sao
Paulo. Amigos de la víctima dijeron que Ferraz, que medía 1,57 metros, pesaba
apenas 35 kilos poco antes de morir, según el diario Folha de Sao Paulo.
Ferraz, graduada en Letras, fue obesa en la adolescencia y, según algunos
amigos, llegó a pesar cien kilos, pero después comenzó a bajar de peso, le tomó
aversión a la comida y hace tres años los médicos le diagnosticaron anorexia.
Llegaba a pasar un día entero sin llevarse nada a la boca
"Cuando éramos novios decía que no quería comer nada. Llegaba a pasar un
día entero sin llevarse nada a la boca", dijo al diario su ex novio
Leandro Murgo, de 26 años. Este año, esta docente que participaba en
comunidades de Internet para bajar de peso, dejó de alimentarse y llegó a pesar
27 kilos, por lo que estuvo tres meses internada en una clínica donde fue
alimentada a base de suero.
Aunque recuperó peso y fue dada de alta, su cuerpo ya no pudo resistir la
desnutrición extrema y falleció